Burocracia costarricense cierra las puertas a médicos nicaragüenses migrantes

***Pese a la escasez de personal en salud, médicos nicaragüenses enfrentan trabas legales para ejercer en Costa Rica
Redacción Entrepatrias – I Entrega de II
“Ni el mejor médico de Costa Rica pasa ese examen”, afirma el doctor Carlos Delgado, un médico nicaragüense con 25 años de experiencia que intentó sin éxito, en tres ocasiones, aprobar la prueba elaborada por la Universidad de Costa Rica (UCR) para convalidar su título. “Ese examen está mal elaborado, está con el objetivo de que nadie lo pase”, asegura.
Delgado llegó a Costa Rica en 2018, tras exiliarse por la represión del régimen de Daniel Ortega, y hoy considera que nunca logró incorporarse “por la misma corrupción que existe” en el sistema costarricense.
“Ellos lo hacen con mala intención. No tienen la intención de que alguien pase ese examen”, enfatiza Delgado en entrevista con Entrepatrias.
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Como él, casi 200 profesionales de la salud han huido de Nicaragua desde 2018, luego de ser perseguidos por atender a manifestantes heridos durante las protestas o por alertar sobre los riesgos del Covid-19. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), más de 400 médicos y personal sanitario fueron despedidos por razones políticas. A esto se suma que el régimen ha cancelado la personería jurídica de al menos 150 organizaciones médicas, dejando a muchos profesionales sin respaldo institucional ni formas de certificar su experiencia.
Problema en la cancha del Colegio
En Costa Rica, todo médico que desee ejercer profesionalmente —sin importar si se graduó en una universidad pública, privada o si obtuvo su título en el extranjero— debe someterse obligatoriamente a un “examen” que realiza la Universidad de Costa Rica (UCR).
Esto aplica también a los médicos nicaragüenses que han llegado a Costa Rica en condición de exilio. Incluso si poseen experiencia previa en Nicaragua, están igualmente obligados a presentar y aprobar el examen correspondiente para lograr su incorporación en el Colegio.
“El Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica es de los más exigentes, por no decir sectarios, en lo que respecta a la participación de profesionales médicos de otros países”, reconoce Ana Quiros, experta en Salud Pública.

Sin embargo, el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica considera que estos procesos buscan “garantizar que los profesionales de la salud que atienden a la población costarricense cumplan con los estándares de formación y competencia necesarios”.
Los requisitos para que un médico “formado en el extranjero” pueda ejercer son los mismos para todos, sin importar la nacionalidad, asegura la institución.
“Todo profesional de la medicina formado en el extranjero es bienvenido a ejercer en el país, siempre y cuando cumpla con los requisitos establecidos por la legislación costarricense y los reglamentos del Colegio, independientemente de su nacionalidad.”, señala el Colegio en entrevista con Entrepatrias.
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“El examen —agregan—, evalúa los conocimientos médicos generales y la comprensión del sistema de salud costarricense. La aprobación de este examen es un requisito indispensable para poder incorporarse al Colegio”.
84 médicos incorporados en cinco años
De acuerdo con información proporcionada por el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, entre el año 2020 y mayo de 2025, un total de 84 médicos nacionales y extranjeros que realizaron estudios de especialidad y subespecialidad en el extranjero han sido juramentados oficialmente, permitiéndoles ejercer en el país.
Adicionalmente, existen 20 médicos más con estudios similares en el extranjero que se encuentran actualmente en proceso de juramentación, lo que indica que aún deben cumplir con ciertos pasos administrativos o requisitos para completar su incorporación formal.
Estas cifras reflejan una dinámica constante, pero moderada en el reconocimiento de títulos obtenidos en el extranjero, lo que refuerza el debate sobre la necesidad de agilizar o flexibilizar estos procesos ante la actual escasez de especialistas en el sistema público de salud costarricense.
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El Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, sin embargo, afirma buscar un “equilibrio” entre garantizar la calidad de los profesionales que se integran al sistema de salud y mantener procesos ágiles.
“El Colegio busca mantener un equilibrio entre la rigurosidad necesaria para asegurar la calidad de los profesionales que se incorporan al sistema de salud costarricense y la agilidad de los procesos, evitando la creación de barreras innecesarias para aquellos profesionales calificados que cumplen con los requisitos establecidos por la ley y nuestros reglamentos”, señala la institución.
El desafío sigue siendo evitar que esa rigurosidad se transforme en un obstáculo para quienes podrían contribuir en un contexto de escasez de especialistas, afirman los médicos consultados.
Obstáculos que deben saltar
En Costa Rica, ejercer la medicina sin estar inscrito en el Colegio de Médicos y Cirujanos no es solo una irregularidad, es una infracción legal clara. Así lo establece el artículo cuatro de la Ley Orgánica del Colegio, que advierte: “Sin la previa inscripción en el Colegio de Médicos y Cirujanos, nadie podrá ejercer en el país las profesiones de médico y cirujano ni sus especialidades”.
Para los médicos extranjeros, esta inscripción requiere pasar por un extenso y riguroso proceso de acreditación, que incluye exámenes de conocimientos y validación de títulos, lo que en la práctica se convierte en una barrera difícil de superar.
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El Colegio afirma que, “toma con seriedad cualquier señalamiento sobre sus procesos de incorporación de médicos extranjeros”.

Previamente, el Consejo Nacional de Rectores (Conare) evalúa la “autenticidad y el nivel académico del título” y envía los requisitos a la Universidad de Costa Rica (UCR), cuya alma máter realiza el estudio y determina si la persona cumple con los requisitos para realizar el examen de homologación.
“Una vez aprobado el examen el título es homologado y continúa el proceso de incorporación al Colegio de Médicos y Cirujanos”, señala el Colegio.
Después de siete años en el exilio, muchos de los médicos nicaragüenses que huyeron de la represión del régimen orteguista todavía no presentan la documentación completa que acredite sus estudios, en algunos casos porque la dictadura les niega la obtención de los mismos. Aunque estén plenamente capacitados, no pueden ejercer sin estar inscritos en el Colegio, y el proceso para lograrlo puede ser complejo, largo y, según denuncias, poco transparente.
“Imagínese, ¡hasta la tesis le piden! Es increíble… la tesis. Y no solo eso: tiene que venir sellada por la universidad, cada hoja, una por una, con sello», critica el doctor Delgado.
“Usted debe ver cómo hace”
Para muchos médicos exiliados de Nicaragua, la posibilidad de revalidar su título en Costa Rica se convirtió en una barrera casi imposible de superar. A pesar de haber huido por razones políticas, las autoridades les exigen que regresen a su país de origen a solicitar documentos como el “pénsum académico”, el “programa de estudios de toda la carrera” y, en particular, la monografía o tesis presentada al finalizar sus estudios.

En algunos casos, incluso se les exige que esta tesis venga “en formato digital”, sin considerar que muchos la elaboraron “a máquina de escribir”, en una época en la que las computadoras no eran comunes.
“Usted debe ver cómo hace, pero la queremos en formato digital”, es la respuesta que reciben muchos profesionales nicaragüenses, según manifiesta el doctor Miguel López Baldizón.
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López Baldizón llegó a Costa Rica en la década de los ochenta con el propósito de concluir sus estudios de medicina. Venía con cuarto año de la carrera aprobado y, aun así, fue regresado a segundo año, pero logró graduarse. Ha logrado abrirse paso en el sistema de salud costarricense, cumpliendo con los requisitos establecidos para ejercer profesionalmente.
Su trayectoria contrasta con la realidad actual de muchos médicos migrantes o exiliados, quienes enfrentan obstáculos mucho mayores para lograr la incorporación.
Pocos médicos logran pasar el examen de la UCR
La prueba que realiza la UCR a los profesionales de la medicina, ha sido objeto de serias críticas.
“En estos siete años, calculo yo que apenas dos médicos han logrado incorporarse como médicos generales, ni siquiera como especialistas, porque después viene otro calvario. Es decir, te incorporás primero como médico general y después tenés que cumplir otra serie de requisitos para poderte incorporar como médico especialista”, manifiesta el doctor López Baldizón.
Tres de cinco médicos consultados por Entrepatrias admitieron que llevan más de dos años en el proceso de convalidación de su título en Costa Rica. Dos de los cinco profesionales decidieron abandonar el proceso y solo una persona logró incorporarse.
La hora del examen
Para el doctor Delgado existen muchas irregularidades en el examen de incorporación de médicos que elabora la UCR, señalando que el proceso parece diseñado para que nadie apruebe.
“Me convocaron, fuimos, y no pasó nadie”, afirma. Explica que obtuvo 56 puntos y, tras apelar casi 20 preguntas, apenas le sumaron 4, llegando a 60. Según relata, incluso el puntaje más alto, de 62, tras apelar sólo alcanzó 65, muy por debajo del mínimo requerido de 70. “El objetivo de ellos es que nadie pase”, concluye el doctor, cuestionando la transparencia y equidad del proceso.
Para Quirós, algunos de estos procesos “violentan los derechos” fundamentales, no solo de las personas migrantes en Costa Rica, sino también de quienes ejercen la medicina. Señala que los requisitos y mecanismos establecidos pueden convertirse en “barreras” que limitan el acceso al ejercicio profesional, afectando tanto la dignidad como las oportunidades de quienes buscan incorporarse al sistema de salud del país.
“Debería ser mediante un diálogo sostenido entre la Caja Costarricense del Seguro Social, que es el principal contratista de personal médico; el Ministerio de Salud, que es el órgano encargado de regular la protección de la salud; el Colegio de Médicos y la Universidad de Costa Rica, pero este diálogo me parece que es inexistente. La Caja se ve impedida de cumplir con su labor, porque no tiene el personal suficiente”, denuncia Quiros.
Especialistas nicas que llegaron a Costa Rica
En 2018, cuando estalló la crisis sociopolítica en Nicaragua, Costa Rica —subraya López Baldizón— recibió a una importante cantidad de médicos especialistas, entre ellos intensivistas, neonatólogos y anestesiólogos; es decir, profesionales altamente capacitados que el país necesitaba con urgencia en ese momento.
“Recuerdo una cirujana con especialidad en cirugía de mano. Eso es ultra especializado. Es decir, además de los cuatro años de cirugía general, requiere por lo menos tres o cuatro años más. Para que esa persona llegara a ser cirujana especialista en cirugía de mano, le tomó aproximadamente unos 16 años de estudio”, menciona López Baldizón.
En abril de 2024, la expresidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Marta Esquivel, reconoció ante los diputados de la Comisión de Asuntos Sociales de la Asamblea Legislativa un déficit de 700 médicos especialistas, principalmente en las áreas de Anestesiología y Radiología.
Según publicaciones locales, entre agosto de 2024 y hasta mayo de 2025, al menos 108 médicos especialistas habrían presentado su renuncia.
Consecuencias en el sistema de salud
La CCSS respondió a Entrepatrias que los médicos especialistas “desde hace varios años” están renunciando atraídos por “otros mercados” en el sector privado y en otras entidades prestadoras de servicios de salud.
“Esto ha afectado a la CCSS, dado que al darse la fuga de especialistas se ve impactada la atención directa de los usuarios y los tiempos de espera”, señala la institución pública.
La CCSS aclaró que, si bien la “potestad” para autorizar el ejercicio profesional a extranjeros recae en el Colegio de Médicos y Cirujanos, la institución cuenta con mecanismos expeditos para la contratación de médicos especialistas “apegados a la normativa nacional e institucional”.
Esta problemática que enfrenta la CCSS es un factor que incrementa los tiempos de espera de la población para ser atendida. “En la medida que los médicos extranjeros o que han estudiado fuera del país tengan todos sus documentos en orden —agrega la institución— no existe ningún problema para su contratación”.
“La institución es respetuosa de la legislación nacional y no es competencia de la Caja la convalidación de títulos”, señala la CCSS.
Para López Baldizón, el sistema de salud debe “solucionar esa lista de espera que, cada vez se incrementa más, y que pone en riesgo la salud de las personas que están esperando, de alguna manera, una cirugía, el diagnóstico, etcétera”.
“Si bien la incorporación de médicos migrantes que cumplan con los estándares de calidad —agrega el Colegio— puede ser un componente positivo para fortalecer el sistema de salud, no representa la única solución para aliviar las listas de espera, que demandan una estrategia integral y coordinada en diversos frentes”.
Médicos nicaragüenses con amplia experiencia
El doctor Carlos Delgado se graduó como médico general en 1995 en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y completó una maestría en Salud Sexual y Reproductiva en el año 2000. En Costa Rica, logró insertarse en el área de salud ocupacional, gracias a una formación complementaria en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), donde se graduó con buenas notas.
“Ejercí dos años, pero de una manera tal que no estaba incorporado en el Colegio de Médicos de Costa Rica”, afirma. Sin embargo, nunca pudo ejercer plenamente su profesión. A pesar de presentar toda su documentación y cumplir con los requisitos formales, el proceso de incorporación no avanzó por las “trampas” que tiene el examen.
“A Costa Rica le saldría fácil incorporar a los médicos porque no les está costando nada formar a un profesional”, señala.
Frente a la imposibilidad de ejercer, hace un año, Carlos decidió iniciar el proceso de revalidación en España, donde actualmente reside con su familia y espera que su título médico sea aprobado.