Luis Enrique: «Es triste ver todo lo que mucha gente está sufriendo» por la crisis migratoria en Estados Unidos»

El nicaragüense Luis Enrique Mejía López, conocido como el Príncipe de la Salsa, recibió el 13 de noviembre su cuarto Grammy Latino por la canción «Aguacero», un tema que nació en la pandemia y se ha convertido en un himno de esperanza para migrantes y pueblos que atraviesan tiempos difíciles.

Con más de 40 años viviendo en Estados Unidos, el cantautor de Somoto habló con franqueza sobre la realidad que enfrentan miles de migrantes en el país norteamericano. «Es bien difícil ver todo lo que la gente inocente está sufriendo en este proceso que se está llevando en Estados Unidos», expresó en una entrevista con el programa Esta Semana de CONFIDENCIAL, el 23 de noviembre.

Para Luis Enrique, la actual crisis migratoria representa algo inédito en sus décadas como residente estadounidense. «Nunca habíamos visto algo similar y es realmente triste ver todo lo que mucha gente está sufriendo y padeciendo», señaló el artista, quien reconoce en su propia trayectoria migratoria las dificultades que enfrentan quienes dejan sus países en busca de un futuro mejor.

Un aguacero de esperanza para los que sufren

«Aguacero», interpretada junto al grupo folclórico venezolano C4 Trío, ganó en la categoría Canción Raíces y se ha convertido en un canto de resistencia para comunidades latinoamericanas que viven situaciones complejas. «Es una canción que el pueblo venezolano ha abrazado, y eso a mí me hace sentir profundamente feliz», compartió el compositor.

La canción surgió durante la pandemia, cuando el mundo entero enfrentaba la incertidumbre. «No sabíamos en realidad cuál era el futuro que nos esperaba, se volvió para mí una especie de refugio esta canción», explicó Luis Enrique. Su letra busca ser «una canción esperanzadora» que invite a «no perder la esperanza y no dejarnos morir en todo aquello que nos esté pasando».

Aunque nació en tiempos de COVID-19, «Aguacero» resonó especialmente en Venezuela y otros países donde las crisis económicas y políticas han obligado a millones a migrar. «La canción puede cantarse en cualquier lugar y puede aplicarse a todos aquellos países donde se vive algo similar», afirmó el artista, reconociendo que su mensaje trasciende fronteras y conecta con nicaragüenses, cubanos, venezolanos y otros migrantes que mantienen viva la esperanza del retorno o de un cambio.

Luis Enrique no olvida sus raíces. Al recibir el premio, agradeció a su familia de Somoto, «mi raíz más profunda». «Todo lo que yo hago tiene, inevitablemente, la raíz de los Mejía, mi cuna musical, mi familia, mi norte y mi herencia», explicó.

Ahora, mientras prepara el lanzamiento de su nuevo disco «Escucha» para enero de 2026, su primer álbum completo de salsa en más de una década, Luis Enrique mantiene su compromiso con dar voz a las luchas de su gente. «Aguacero quiere darle a la gente la posibilidad de seguir abrazado a la esperanza, aferrado a la esperanza, de que estos tiempos van a cambiar», concluyó.