«Coqui», la app que convierte el miedo migrante en protección colaborativa

En una pequeña comunidad rural del norte de Nueva York, entre caballos, cabras y patos, Peter nunca imaginó que su refugio de animales se convertiría en el epicentro de una revolución digital para proteger migrantes. Todo cambió cuando vio cómo sus amigos inmigrantes, quienes durante años habían sido parte esencial de su vida y trabajo, comenzaron a vivir con un miedo paralizante que los mantenía encerrados en sus casas.
«Cuando esta Administración llegó y empezó a imponer detenciones y deportaciones, esencialmente vimos un cambio completo en nuestra comunidad, donde todos estaban viviendo con miedo», recuerda Peter, quien prefiere mantener su identidad en el anonimato. Sus colegas, amigos y lo que considera su familia elegida ya no salían con la misma tranquilidad. El temor a las redadas del ICE había transformado por completo la dinámica de una comunidad que antes funcionaba con naturalidad.

Fue entonces cuando Peter, con conocimientos en desarrollo tecnológico, ideó una solución que hoy está cambiando la forma en que las comunidades migrantes se protegen en Estados Unidos: «Coquí», una aplicación móvil que funciona como un sistema de alerta temprana alimentado por la propia comunidad.
Una red de protección digital
La aplicación, que lleva el nombre de la pequeña rana emblemática de Puerto Rico donde Peter vivió un tiempo, simboliza «unidad y solidaridad». Su funcionamiento es tan ingenioso como efectivo: cualquier usuario puede reportar en tiempo real la presencia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) o cualquier actividad sospechosa relacionada con operativos migratorios.
El sistema opera bajo el modelo de crowdsourcing o colaboración masiva. Los usuarios suben fotografías, marcan puntos específicos en un mapa interactivo y pueden enviar alertas tanto públicas como directas a familiares y amigos. Para evitar el pánico innecesario o las falsas alarmas, la plataforma incluye un sistema de verificación comunitaria donde otros usuarios pueden confirmar o desmentir los reportes.
«Esencialmente, cualquier usuario puede colocar un punto en el mapa donde vean cualquier actividad sospechosa si encuentran algún punto de control, si están viendo una redada o un arresto, y pueden alertar instantáneamente a cualquiera que esté usando la app», explica Peter.

Disponible desde julio de 2025, tras meses de pruebas que iniciaron en febrero, «Coquí» no solicita información personal de sus usuarios, una decisión deliberada para proteger su identidad y garantizar que puedan usar la herramienta sin exponerse a riesgos adicionales.
Lo que hace particular a esta iniciativa es que trasciende las fronteras de la comunidad migrante. Peter enfatiza que también está pensada para estadounidenses solidarios que rechazan el clima de persecución actual: «Esto es para los estadounidenses que extrañan la forma en la que era Estados Unidos y que no quieren que las personas vivan con miedo».
La efectividad de la aplicación se ha vuelto evidente en estados como Florida, donde el gobernador Ron DeSantis ha implementado agresivamente las políticas antiinmigrantes de la administración Trump. La intensa actividad registrada en Miami llevó a Peter a trasladarse temporalmente a la ciudad para apoyar directamente a los usuarios locales. «Decidimos venir a Miami porque empezamos a ver un montón de actividad de los usuarios, un montón de puntos en los mapas aquí», cuenta.
El contexto que rodea el lanzamiento de «Coqui» no podría ser más urgente. El director interino de ICE, Todd Lyons, anunció recientemente que la agencia podría alcanzar la meta de deportar a un millón de personas al año, cumpliendo la promesa de Trump de ejecutar las «mayores deportaciones masivas de la historia». En este escenario, herramientas como esta aplicación se convierten en recursos vitales para la supervivencia de las comunidades migrantes.
Peter mantiene la independencia de su proyecto, aunque reconoce colaboraciones puntuales con redes ciudadanas de respuesta rápida. «Es un movimiento de las bases», subraya, destacando que surge desde las propias comunidades afectadas y no desde organizaciones establecidas.
En un momento histórico donde la tecnología frecuentemente se utiliza para vigilar y controlar a las poblaciones migrantes, «Coquí» representa un ejemplo poderoso de cómo las herramientas digitales pueden invertirse para proteger y empoderar a quienes más lo necesitan. Convierte el miedo individual en protección colectiva, transformando cada usuario en un guardián de su comunidad.
La pequeña rana puertorriqueña que da nombre a la aplicación no solo simboliza unidad y solidaridad, sino también resistencia. En cada alerta enviada, en cada punto marcado en el mapa, en cada verificación comunitaria, «Coquí» demuestra que la tecnología puede ser un escudo contra las políticas de persecución, y que la colaboración ciudadana puede convertirse en la herramienta más poderosa para proteger la dignidad humana.