Nuevas políticas migratorias generan temor y controversia en comunidades de indocumentados
Las recientes medidas anunciadas por el gobierno de Estados Unidos para intensificar las deportaciones de inmigrantes indocumentados han desatado preocupación entre expertos legales y defensores de los derechos, quienes advierten sobre sus graves consecuencias sociales y económicas.
La administración Trump ha ampliado los lugares donde los agentes de inmigración pueden realizar detenciones, incluyendo escuelas, iglesias y hospitales, cuando se tenga información sobre personas indocumentadas con antecedentes criminales. Sin embargo, la interpretación de quién es considerado «criminal» ha generado confusión y alarma.
De acuerdo con la especialista en inmigración Danelia, estas nuevas disposiciones están creando un ambiente de incertidumbre en las comunidades inmigrantes. «Esto implica más miedo, más amenazas, más ansiedad en nuestra comunidad, lo cual trasciende al desarrollo social y comunitario, ya que estas personas dejarán de ir a trabajar, de mandar a sus niños a las escuelas, tratarán de mantenerse escondidos», señala.
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La experta advierte que estas medidas podrían tener un efecto contraproducente en la economía local: «será a la larga un boomerang para los mismos ciudadanos americanos que tienen negocios y empresas que dependen del consumo que hace esta parte de la comunidad inmigrante».
Particularmente preocupante es la situación en Florida, donde se contempla establecer un sistema de recompensas para quienes denuncien a inmigrantes indocumentados. Según la abogada, esto podría prestarse a abusos: «si en tu vecindario no te cae bien alguien por cualquier razón, y sabes de su status, podrás denunciarlo: te ganas un dinero, y te deshaces de esa persona que no te agrada, o de un trabajador al cual le debes varias semanas de trabajo y no quieres pagarle».
El proceso de deportación masiva enfrenta diversos obstáculos logísticos y diplomáticos. Como explica la especialista: «son millones de personas, poco presupuesto y poca disposición de los países en recibir a sus ciudadanos; por otro lado el indocumentado quiere seguir aquí, no quiere regresar a su país».
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Ante esta situación, algunos abogados recomiendan a las personas con órdenes de deportación considerar una salida voluntaria. «Se escucha cruel decir ‘mira si tienes orden de deportación o estás indocumentado aquí, es mejor que salgas de forma digna, con tu equipaje y puedas despedirte de tus familiares’. Pero esto tampoco es bien recibido por parte de muchos», explica la abogada.
La comunidad inmigrante ha intentado contrarrestar la percepción negativa a través de su contribución a la sociedad, pero como señala la experta: «aunque solo cierto porcentaje de estadounidense tienen esta percepción, no es fácil luchar contra ello, pero si sabemos que la buena reputación y contribución a la comunidad son algunas formas de defender a nuestra comunidad de esa percepción, pero no serán suficientes para evitar una deportación».
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Estas medidas se suman a una serie de políticas migratorias restrictivas implementadas durante la administración Trump, que han incluido la construcción del muro fronterizo, la política de «tolerancia cero» en la frontera y restricciones al asilo político.