UE busca reforzar cooperación para el tema de migración

Los líderes de la Unión Europea han puesto la migración, y en particular la cooperación con terceros países para frenar los flujos, en lo más alto de su agenda política, y tratarán de avanzar en ese objetivo en la cumbre que celebran esta semana en Bruselas.

Muchos de los mandatarios se refirieron hoy a su llegada a la reunión a la migración, un punto tradicionalmente divisivo pero sobre el que ha habido un acercamiento entre los países en el último mes, con el acuerdo sobre dos elementos clave del futuro Pacto europeo de Migración y Asilo.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, valoró el cambio de actitud que considera que se ha producido en la UE en relación con la política migratoria.

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«Lo que hoy está en las conclusiones era probablemente impensable hace ocho meses. Hemos logrado cambiar puntos de vista», aseguró Meloni, que se refirió en particular a la voluntad europea de cooperar estrechamente con Túnez para frenar las llegadas de irregulares.

El recién reelegido primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, abogó por su parte por «trabajar aún más estrechamente con Turquía» e hizo hincapié en que es «absolutamente importante» cooperar con los países de tránsito del norte de África, en particular con Libia, que «se encuentra actualmente en una situación muy, muy problemática».

En una declaración a la prensa junto a la presidenta del Parlamento Europeo, la también conservadora Roberta Metsola, Mitsotakis se alegró de los progresos realizados hasta la fecha en el pacto sobre migración y asilo, en especial en el «principio de solidaridad», y puso de relieve las dificultades de los países que, como Grecia, defienden las fronteras exteriores de la UE.

Hizo, asimismo, alusión al «trágico naufragio en aguas internacionales del Mediterráneo», con cientos de desaparecidos frente a las costas griegas, del que responsabilizo a las bandas de traficantes «despreciables» que «se lucran con la miseria humana», por lo que consideró «muy, muy injusto señalar con el dedo a la Guardia Costera griega».

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Pero no todos los países mantienen la misma actitud sobre la reforma migratoria que se prepara en la UE.

Polonia y Hungría rechazan el acuerdo alcanzado a principios de este mes entre los países de la Unión, que fija un cupo de solicitantes de asilo reubicados y obliga a pagar 20.000 euros por migrante no aceptado.

Por otra parte el primer ministro letón, Krisjanis Karins, hizo hincapié en que la situación en la UE es muy diferente según el país y que mientras tiene sentido llegar a acuerdos con los gobiernos en el norte de África para frenar los flujos, en el caso de Letonia «no hay posibilidad de ese tipo de negociación» con Rusia o Bielorrusia.

«Necesitamos una base legal para asegurar las fronteras externas, es la única manera de asegurar Schengen», añadió.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, adelantó que durante la reunión presentará «tres informes» sobre el refuerzo de las fronteras externas.

Con ello se quiere asegurar una gestión similar en toda la UE, luchar contra los traficantes y abordar «la inversión en estabilidad económica en los países de origen, que es la mejor forma de tener conexión de personas con personas», dijo. EFE