Papa Francisco envía carta pastoral a Nicaragua
El Papa Francisco dirigió una carta al pueblo nicaragüense con motivo de la Novena de la Inmaculada Concepción, enviada desde Roma el 2 de diciembre de 2024. En la misiva, el pontífice expresa su cercanía y afecto hacia los nicaragüenses, animándolos a mantener su fe y confianza en Dios.
“Desde hace tiempo deseaba escribirles una carta pastoral para reiterar, una vez más, el cariño que profeso al pueblo nicaragüense, que siempre se ha distinguido por un amor extraordinario a Dios, al que ustedes llaman con tanto afecto Papachú. Estoy con ustedes, especialmente en estos días que están realizando la Novena de la Inmaculada Concepción”, reza el texto del documento,
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En su mensaje, Francisco destaca la profunda devoción mariana del pueblo nicaragüense, reflejada en la expresión «María de Nicaragua, Nicaragua de María». Invita a los fieles a no desfallecer en momentos difíciles, recordándoles que «la fe y la esperanza realizan milagros».
“Tengan la certeza de que la fe y la esperanza realizan milagros. Miremos a la Virgen Inmaculada, ella es el testimonio luminoso de esa confianza. Ustedes siempre han experimentado su amparo materno en todas sus necesidades y han mostrado su agradecimiento con una religiosidad muy hermosa y rica espiritualmente”, continúa.
El Papa hace un llamado especial a la oración, particularmente al rezo del Rosario, al que califica como «una oración poderosa» que permite meditar los misterios de la vida de Jesús y María.
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Como parte de su mensaje, Francisco incluyó una oración especial para el Jubileo, pidiendo que la gracia de este evento reavive «el anhelo de los bienes celestiales» y derrame «la alegría y la paz» en el mundo.
Oración:
Padre que estás en el cielo, la fe que nos has donado en tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano, y la llama de caridad infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, despierten en nosotros la bienaventurada esperanza en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio que fermenten la humanidad y el cosmos, en espera confiada de los cielos nuevos y de la tierra nueva, cuando vencidas las fuerzas del mal, se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza, el anhelo de los bienes celestiales y derrame en el mundo entero la alegría y la paz de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente, sea la alabanza y la gloria por los siglos. Amén.
La carta concluye con un mensaje de esperanza, encomendando a los nicaragüenses a la protección de la Inmaculada Concepción.