ASIDEHU: El valor de los refugiados nicaragüenses galardonado por ACNUR

La Asociación Intercultural de Derechos Humanos (Asidehu), nacida del propio exilio en Costa Rica, recibe el Sello Vivir la Inclusión por su trabajo esencial en la defensa y el acompañamiento de las comunidades forzadas a migrar.
El destierro no solo es un acto de dolor, sino también una prueba de resiliencia y un llamado a la acción. Para la comunidad nicaragüense que ha buscado refugio en Costa Rica, ese llamado se ha materializado en la Asociación Intercultural de Derechos Humanos (Asidehu), una organización liderada por exiliados que acaba de recibir el Sello Vivir la Inclusión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Este galardón es mucho más que una certificación: es el reconocimiento al valor de quienes, a pesar de estar lidiando con el desarraigo, las barreras y la incertidumbre en un país ajeno, dedican su vida a apoyar a sus hermanos migrantes y a sus familias.
Del drama personal a la incidencia política
Desde la revuelta popular de 2018, Costa Rica acoge a más de 200,000 nicaragüenses. La necesidad de apoyo legal y comunitario es inmensa. Asidehu surge de esta realidad, ofreciendo asesoría y acompañamiento, demostrando que la ayuda entre hermanos forzados al desplazamiento es la más efectiva.
Jhoswell Martínez, presidente de Asidehu y exiliado desde los 18 años, resume el significado de este logro: “Recibir este respaldo de ACNUR nos motiva a seguir acompañando a nuestras comunidades. Demuestra que, aun con muchas limitaciones, el trabajo con las personas refugiadas está siendo visto y tiene impacto, lo cual es fundamental para nuestra gente.”
El Sello Vivir la Inclusión no solo reconoció a Asidehu en sus dos categorías principales —“Diversidad e Inclusión” e “Investigación”— sino que también le otorgó una Mención de Honor por su tenaz incidencia en la mejora de políticas públicas y la defensa diaria de las personas refugiadas.

Rompiendo las barreras que duelen
El reconocimiento en “Diversidad e Inclusión” destaca el enfoque integral de Asidehu. En un esfuerzo por reducir las barreras lingüísticas que afectan a miles de comunitarios, la organización tradujo el formulario de solicitud de refugio al idioma indígena miskito. Esta acción es fundamental para asegurar que las familias indígenas, que a menudo enfrentan doble vulnerabilidad, puedan acceder a la protección que necesitan sin perder su dignidad ni su voz.
En la categoría de “Investigación”, ACNUR valoró un informe que recogió la percepción directa de los solicitantes de refugio sobre el cumplimiento de sus derechos en Costa Rica. Este documento convierte la experiencia y el desafío cotidiano del migrante en insumos concretos para la formulación de políticas públicas, asegurando que la realidad de las comunidades en movimiento sea el centro de las decisiones.
Asidehu, con personería jurídica desde 2022, no solo acompaña a los nicaragüenses, sino que celebra la fortaleza y la capacidad de organización que el exilio forzado no ha podido quebrar. Su labor es un potente mensaje de esperanza y un testimonio del valor humano que florece incluso en la diáspora.


