Migrantes representan el 4.7% de la fuerza laboral mundial, revela OIT
Los trabajadores migrantes internacionales continúan siendo una pieza fundamental en el mercado laboral global, según revela el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las cifras indican que 167,7 millones de migrantes formaban parte de la fuerza laboral en sus países de destino durante 2022, con una distribución de 102,7 millones de hombres y 64,9 millones de mujeres, lo que representa un incremento significativo de más de 30 millones desde 2013, concentrado principalmente en el período 2013-2019.
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El estudio destaca importantes brechas de género en el mercado laboral. Las estadísticas muestran que las mujeres migrantes enfrentan mayores obstáculos para la inserción laboral, con una relación empleo-población de apenas 48,1%, frente al 72,8% de los hombres migrantes. Además, la tasa de desocupación general de los migrantes (7,2%) supera a la de los no migrantes (5,2%), siendo aún más elevada para las mujeres migrantes (8,7%).
Esta disparidad puede atribuirse a diversos factores, según señala el informe de la OIT, incluyendo barreras lingüísticas, cualificaciones no reconocidas, discriminación, opciones limitadas para el cuidado de los hijos y expectativas basadas en el género que restringen las oportunidades de empleo, especialmente para las mujeres.
La concentración de trabajadores migrantes es notablemente alta en las naciones de ingresos elevados, que albergan el 68,4% del total (114,7 millones de personas), seguidos por los países de ingresos medios-altos con un 17,4% (29,2 millones). Esta distribución refleja los patrones globales de migración laboral y las oportunidades económicas disponibles en diferentes regiones del mundo.
Europa ha experimentado aumento de migrantes
En términos de distribución geográfica, las regiones de Europa septentrional, meridional y occidental han experimentado un aumento en su proporción de migrantes en la población activa, pasando del 22,5% en 2013 al 23,3% en 2022. Por otro lado, América del Norte y los Estados árabes han registrado ligeros descensos en sus proporciones de trabajadores migrantes durante el mismo período.
El sector servicios emerge como el principal empleador de migrantes, ocupando al 68,4% de esta población, en comparación con el 51,5% de los no migrantes. Particularmente relevante es la economía del cuidado, donde trabaja el 28,8% de las mujeres migrantes y el 12,4% de los hombres migrantes, cifras significativamente superiores a las de los trabajadores no migrantes (19,2% de mujeres y 6,2% de hombres).
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De los 167,7 millones de migrantes en la fuerza laboral global, 155,6 millones se encontraban empleados en 2022, mientras que 12,1 millones permanecían sin empleo. Estas cifras subrayan tanto la contribución significativa de los trabajadores migrantes a la economía global como los desafíos persistentes en términos de inclusión laboral y equidad.
Frente a estos datos, el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo, enfatizó: «Los trabajadores migrantes son indispensables para hacer frente a la escasez mundial de mano de obra y contribuir al crecimiento económico. Garantizar sus derechos y el acceso a un trabajo decente no es sólo un imperativo moral, sino también una necesidad económica».
El informe concluye señalando la necesidad urgente de implementar políticas específicas para apoyar a los migrantes internacionales. Entre las recomendaciones clave se incluye la mejora del acceso a oportunidades de trabajo decente y el fortalecimiento de la protección de los trabajadores migrantes. Dado que la mayoría de los migrantes se desempeñan en sectores de gran demanda, garantizar un acceso equitativo a las oportunidades laborales se presenta como una prioridad política fundamental para fomentar el desarrollo sostenible y la creación de mercados laborales verdaderamente inclusivos.
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La investigación de la OIT subraya que la migración laboral es un fenómeno complejo que requiere una respuesta política integral y coordinada. La protección de los derechos laborales de los migrantes, la facilitación de la integración en el mercado laboral y la eliminación de las barreras discriminatorias son elementos cruciales para aprovechar plenamente el potencial de la migración laboral en beneficio tanto de los países de origen como de destino.
